Llanes Villa Marinera
LA CASA DE BALLENAS
Hay cosas que perduran ante nuestra indiferencia. Este pensamiento me vino a la cabeza cuando a finales de agosto en la playa del Sablón, con el agua llegándome a la cintura, contemplaba la que puede ser la Casa de Ballenas, lugar que servía para guardar armazones y calderas, así como para fundir la grasa y elaborar carne en salmuera, en los tiempos en que se cazaban ballenas y cachalotes en nuestras costas.
LA RELIGIOSIDAD DE LOS MARINEROS DE LLANES
Sobre la religiosidad de los marineros de Llanes hay datos muy antiguos y significativos. Desde tiempo lejanos, es innegable su devoción a la Virgen de la Guía, a la que en la mar suplicaban ayuda y protección para llegar sanos y salvos a puerto. Y ya en tierra firme,
LA SIRENA DE LA RULA EN OTROS TIEMPOS
En otros tiempos, la sirena de la rula no se hacía sonar únicamente como llamada a los compradores para que acudieran a la subasta del pescado, sino también para avisar de una procesión, la llegada de una personalidad, un accidente en la playa, un incendio, una embarcación en peligro.
LA CAPILLA DE SANTA ANA
Además del Cabildo y la casa de las Ballenas, la Cofradía tenía capilla con capellán propio, abierta al culto en el siglo XVI, bajo la advocación de San Nicolás, hoy conocida como Santa Ana.
LA COMPUERTA (1933-1994)
Con el fin de que pudieran las lanchas permanecer en el Puerto sin peligro alguno, se construyó una compuerta en el año 1932, colocándose al año siguiente.
LA OSA
En Llanes, se cantaba una canción, que hablaba de un intento fallido de asalto general a la Villa, gracias a una famosa piedra, que molestaba y dficultaba mucho la entrada al puerto:
EL CABILDO DE LA COFRADÍA
El órgano supremo de la Cofradía de San Nicolás era el Cabildo, el cual se convocaba por el Mayordomo y asistían obligatoriamente todos los cofrades no enfermos presentes en la Villa y abras, bajo pena de multa por no acudir.
LA PRIMERA ACTUACIÓN DE LA SOCIEDAD DE SALVAMENTO DE NÁUFRAGOS
El 16 de noviembre de 1887, tuvo lugar la primera actuación de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, por entonces una caseta que no contaba con nada más que un cañón lanzacabos, unas cuerdas y una boya.
LOS PERROS DE AGUAS DEL PUERTO
Se echan en falta los perros de aguas en las inmediaciones del puerto, blancos o marrones, cariñosos, juguetones y que en ocasiones parecían sonreír, deambulando sin meterse con nadie, sacudiéndose el agua, amodorrados en cualquier esquina o moviéndose dentro de los barcos.