El pasado 27 de septiembre leí un titular en El Comercio, ilustre diario gijonés, que decía: «Pesca prorroga indefinidamente la veda del oricio hasta que se constate su recuperación». La prohibición de pescar oricios en Asturias data de 2016. Un titular de El Diario Montañés, prestigioso periódico editado en Santander, decía ayer: «Pesca fija las zonas y cupos de la captura del erizo, que inicia la campaña el 1 de noviembre». En Cantabria se van a poder extraer esta temporada cerca de 56 toneladas de oricios, por ningún kilo en Asturias. Yo pregunto ¿dónde está la razón para actuar con criterios tan diferentes en dos territorios limítrofes y con aguas idénticas? ¿Quiénes son los expertos asturianos del oricio?
Desde hace cinco temporadas, la totalidad del oricio que se consume en Asturias procede de Galicia y Portugal. Los primeros oricios que llegaron a Asturias en 2020, hace veinte días, procedían de Vigo, donde se subastaron el pasado 9 de octubre a 14 euros el kilo y en las sidrerías gijonesas cotizaban a 20 euros la docena (docena y kilo de oricios son valores equivalentes).
Vamos a ver ahora cómo va a ser en Cantabria la campaña del erizo, como allí llaman al equinodermo. Se van a conceder 30 licencias: Diez para las capturas a pie y 20 para la pesca con técnica de buceo. Los de a pie van a poder pescar 2,41 toneladas y tienen adjudicadas las zonas de Comillas (1.450 kilos) y Liñera (960 kilos). Los buzos tienen asignadas 53,34 toneladas en tres zonas: Pechón (12.230 kilos); Liñera (20.840 kilos) y La Arnía (20.270 kilos). La recolección será manual, en horario diurno, en fechas de lunes a viernes, y la comercialización debe realizarse de forma exclusiva a través de las lonjas con operaciones de vigilancia, control y pesaje. Para que cuadren los números, a los mariscadores de a pie se les permite coger 20 kilos diarios y 60 semanales, mientras que los buceadores pueden capturar 50 kilos diarios y 250 semanales. La realidad establece que 30 cántabros pueden recoger 56.000 kilos de oricios, que a 14 euros el kilo hacen un total de 784.000 euros. Y al pasar por Lonja, dejarán un interesante porcentaje de dinero a las cofradías de pescadores.
De Asturias no podemos dar datos de pesca de oricios desde 2016. Solo la opinión de los expertos, quienes aseguran que las poblaciones de oricios «no crecen lo suficiente ni hay suficientes ejemplares adultos para permitir la explotación del recurso». Eso sí, confirman que desde 2009 se reintrodujeron en el litoral asturiano 135.720 alevines, en aguas de Castropol, Tapia de Casariego, Valdés y Cudillero. ¿No crecen ni se multiplican los equinodermos asturianos?
Para justificar la escasez de oricios en Asturias, se apunta a tres circunstancias: calentamiento del agua, sobrepesca y falta de alimento de la especie, fundamentalmente algas. Asturias siempre fue una región gran consumidora de oricios, mientras que en Galicia eran muy poco valorados. En los últimos años se han sumado la puja por el oricio Francia, Bélgica, Italia y Japón. Así pues, mucha demanda y poca oferta. En 1980 en la Pescadería del Musel se compraba la palada de oricios a 25 pesetas, en 2012 se pagaban a cuatro euros, en 2019 cotizaron a doce euros y hace unos días rularon en Vigo a catorce.

Antes, no hará más de veinte años, los oricios se consumían con las mismas técnicas culinarias que utilizaron los hombres del Paleolítico, aquellos que en el periodo asturiense pescaban en la playa de Cuevas del Mar y vivían en el abrigo nuevense del Penicial: crudos o cocidos. Ahora se sirven en empanadas, en croquetas, en revueltos, en paté, con manzana, con morcilla, etc, etc, etc…

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GUILLERMO F. BUERGO

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