En el siglo XIX, a consecuencia de la penosa Matrícula de Mar, deterioro del puerto y pesquerías, empiezan los malos tiempos para las gentes de la mar, que fueron la causa del origen de la Villa y su desarrollo. 

Así, los pescadores se vieron obligados, cuando no salían a la mar, a realizar trabajos alternativos, como cultivo de huertos, jornaleros de la construcción, comercio…

Sus hijos recibían una deficiente escolarización, ya que solo  acudían a la Escuela de Primeras Letras los días que no tenían que dedicarse a la búsqueda de cebo, al cuidado de sus hermanos más pequeños, al transporte  de agua y leña… Además, a los 14 años debían embarcar.

También, lo tuvieron muy difícil  las mujeres de los pescadores, con un alto porcentaje de viudas con hijos pequeños, a resultas del servicio a la Armada, naufragios y malas condiciones de vida. Su carga diaria de trabajo era extenuante, cuidaban a la familia y la casa, preparaban la comida, hacían la ropa, lavaban en el río, laboraban en los huertos, reparaban redes y velas, descargaban y vendían pescado, participaban en la elaboración del salazón y escabeche…

 

Fuente, “Antiguos Mareantes de Llanes”

Maiche Perela Beaumont

Imagen, “Llanes y la mar”

 

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