CÓMO LLEGAR AL INICIO - PUNTO 1
LEER TEXTO | LA PLAZA DE SANTA ANA
La princesa Leonor, seguida por dos de sus damas más dispuestas y discretas, atravesaría la calle Real, de barro glutinoso, y esquivando los borricos con los cuévanos llenos de quesos, frutas, verduras y mantecas cubiertas con hojas de castaño, se encontraría a la derecha con el Palacio de San Nicolás, de aspecto severo y bien fortificado, y cuyos muros estaban cubiertos de hiedra y en los que campeaban las distintas ballesteras del frontón. Pegada al mismo, se toparía con la muralla de Llanes por ese viento, cuya puerta, llamada también de San Nicolás, se la franquearía el Mayordomo de la Cofradía de Mareantes, cuya llave ostentaba aquel Patrón Mayor de hace más de 500 años.
Así, contemplaría la capilla de San Nicolás, patrono de las gentes de la mar, con sus leves y delicadas aristas de piedra que sostienen la techumbre, de la cual penden pequeñas embarcaciones empavesadas, y su contrafuerte que juega a ser ábside; y unida a ella la sede de la Cofradía, el Cabildo con su portalón enlosado, y arriba salón con corredor abierto sobre columnas de madera.