Esa suerte de chalet montañés, situado frente al Parque Posada Herrera, que linda por detrás con la estación de tren y tiene su entrada principal por la calle Egidio Gavito, lo ordenó construir Rogelio Gutiérrez Sordo, natural de Cue.
Don Rogelio, hijo de Francisco Gutiérrez Fernández y Emilia Sordo de la Vega, había emigrado a México junto a tres hermanos, dedicándose a negocios de comercio.
Dicho chalet fue proyectado, en el año 1929, por el arquitecto Miguel García-Lomas Somohano (1888-1843), con estudio en Madrid.
Este afamado profesional diseñó, entre otros edificios, algunas de las casas en la playa de Santa Marina de Ribadesella, lugar en el que veraneaba ya que su madre era originaria de esa Villa.
La casa, con cierre de piedra y rejeria, tiene dos pisos y desván, y en ella destacan las dos torres al lado de la fachada principal, las hermosas escalinatas de acceso y su gran y bonito jardín. No faltando la casa de los caseros.
Don Rogelio se casó con Eloína Menéndez González, de cuyo matrimonio nacieron cuatro hijas. Falleció en 1958.
En la actualidad, la casa sigue perteneciendo a la familia.
Imagen, Valentín Orejas






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