EL “POZU DE LA ÁNIMAS”.

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También conocido como La “Laguna perdida del Bedón”, o “Pozu Bedón”, fue esta una formación natural ubicada cerca de la playa de San Antolín de Bedón, y se trata de una laguna costera que se formó entre la desembocadura del citado río y la arena de la playa, donde las aguas se filtraban entre la piedras antes de salir a la Mar, creando un estanque profundo de aguas tranquilas en un entorno de marismas y dunas, hoy prácticamente desaparecido, y que antiguamente fue un humedal de gran diversidad biológica, muy singular dentro del paisaje costero asturiano, más caracterizado por acantilados que por estuarios y que destacaba por su importancia como hábitat de aves acuáticas, tanto fijas como migratorias, y que los lugareños lo conocieron como un lugar misterioso, ideal para la pesca pero cargado de una gran simbología espiritual.

Estaba esta laguna protegida por un muro natural de piedra que regulaba la entrada del agua marina manteniendo un equilibrio entre el río y la Mar.

Durante la segunda mitad del siglo XX, las obras humanas transformaron radicalmente el lugar, pues la carretera  N-634 y la posterior Autovía del Cantábrico, pasaron prácticamente sobre el área del pozo, utilizando además la piedra del muro natural para esas construcciones, por lo que, y debido a la destrucción del dique que mantenía la laguna, se perdió el humedal, subsistiendo tan solo en la actualidad un pequeño ensanche del río Bedón, donde pueden verse gaviotas y algunos patos.

En la tradición llanisca el “Pozu de las Ánimas”, también guarda un eco legendario, pues se le relaciona con historias medievales locales, como la del Conde Muñazán (Munio Rodríguez Can), cuya figura aparece en leyendas sobre almas errantes vinculadas a este enclave. 

La figura del Conde Muñazán, señor medieval de estas tierras, aparece ligada al “pozu”, pues según la tradición (recogida por “Misterios y Leyendas de Galicia y Asturias”), este personaje conocido por su crueldad y carácter violento se encontraba una vez cazando de la cerca del Bedón, cuando le sorprendió una tormenta, por lo que, buscando refugio, halló una cabaña donde habitaba una joven cuyos encantos lo enloquecieron. Mas tarde rechazado por la doncella, en un arrebato de ira la mató. Nos cuenta la leyenda, que arrepentido por lo que había hecho, se retiró al monasterio de San Antolín, donde acabó sus días como monje penitente.

De ahí su nombre de “las Ánimas”, y por lo que ya tenemos en conjunto que este pozo combina naturaleza, historia y mito. Antaño un ecosistema de gran valor ecológico y hoy en día un recuerdo del paisaje perdido de San Antolín de Bedón, formando parte del paisaje y la mitología del entorno de San Antolín de Bedón, combinando su historia, memoria natural, creencias populares y la tradición literaria que envuelve al monasterio. 

El nombre de “las Ánimas” se relaciona con creencias sobre “la Güestia” (procesión de almas del Purgatorio), figuras tradicionales de la mitología asturiana, que contaban con una barca fantasmal con la que surcaban esas aguas deambulando por ellas por la noche, llevando almas de difuntos hacia el “más allá”, surgiendo de ahí la advertencia ritual de no acercarse al pozo al anochecer, pues la frontera entre los vivos y los muertos, era muy tenue, según los estudios recogidos por Yolanda Cerra Bada en su obra “Bedoniana”.

No debemos olvidar que junto al pozo se encuentra el antiguo monasterio de San Antolín, cuyo cementerio parroquial se encontraba en las proximidades del estanque, reforzando la creencia de que el lugar pertenecía al “espacio liminal” (lugar de transición o umbral que existe entre dos puntos o estados diferentes), entre la vida y la muerte, señalando que el topónimo podría derivar precisamente de esa conexión entre el “Campo santo” y el río, ya que ese entorno se consideraba como el umbral entre estos dos mundos.

El” Pozu de las Ánimas” representa una síntesis entre naturaleza, memoria religiosa y mitología popular vinculadas al entorno del río, de amores trágicos, redención y apariciones espectrales en torno al río y su pozo.

En conjunto, el pozu “Las Ánimas”, es un símbolo de las creencias “liminares” del Oriente asturiano, donde los límites entre lo visible y lo invisible, quedan diluidos entre la bruma, el río y las ruinas del monasterio.

Para los lugareños, el pozu evocaba aquello que se pierde, pero también el sentimiento del alma y del ancestral paisaje de Llanes y su Concejo.

Un abrazo, buena Mar y hasta la vista amigos.

Fernando Suárez Cue

Foto (3) Vista del monasterio de San Antolín de Bedón, y al fondo l 'Pozu las Ánimas'

Foto (3) Vista del monasterio de San Antolín de Bedón, y al fondo l ‘Pozu las Ánimas’

Foto (2) Monasterio benedictino de 'San Antolín de Bedón'. (1900)

Foto (2) Monasterio benedictino de ‘San Antolín de Bedón’. (1900)

Foto (1) Pozu de las Animas

Foto (1) Pozu de las Animas

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  • EL “POZU DE LA ÁNIMAS”.
    También conocido como La “Laguna perdida del Bedón”, o “Pozu Bedón”, fue esta una formación natural ubicada cerca de la playa de San Antolín de Bedón, y se trata de una laguna costera que se formó entre la desembocadura del citado río y la arena de la playa, donde las […]
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