Mathán, de la tribu de Leví y familia de Aarón, se casó con María de la tribu de Judá. El matrimonio tuvo tres hijas, María, Sobé y Ana (Hannah, que significa Gracia). Ana nació en Belén, se casó con Joaquín, hijo de Barpander, de la tribu de Judá, de buena familia venida a menos, y que se dedicaba al ganado y lanas. Joaquín y Ana a edad avanzada tuvieron una hija, María (Miriam), nacida en Jerusalén en el año 26 de Octavio Augusto.
Aunque, desde épocas antiguas, la iglesia oriental celebra la festividad de la madre de la Virgen, no será hasta el siglo X cuando se introduzca en la iglesia occidental, propagándose su culto con gran intensidad y clara influencia francesa.
Así, Santa Ana es patrona de Bretaña, habitual lugar de visita de mareantes cantábricos.