El 2 de julio de 1738, les dieron cuenta al Juez, Don Antonio Manuel Duque de Estrada, al Teniente Regidor segundo, Don Leandro Rubín Noriega, y a Don Blas de Posada, Alférez Mayor y Procurador de Justicia y Regimiento, de que en el portal de la Casa de Novena, de Ntra. Sra. de la Guía, se hallaba una niña expósita, por lo que acordaron que se le administrase el Sacramento del Bautismo y se buscase un ama de cría.
En aquella época, los santuarios tenían la Casa de Novena destinada a refugio de peregrinos y romeros, y que fueron desapareciendo por los escándalos que ocurrían en las festividades.
Imagen, Valentín Orejas
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