| Por Guillermo Fermández Buergo
De confirmarse la teoría, ojalá que así fuera, la parroquia de Llanes, hoy Basílica, habría mantenido en una de las piedras que cierra el arco a uno de los más importantes personajes de la Historia de España.
No es poca cosa que durante los últimos 503 años, el rey Carlos I de España y V de Alemania, haya sido testigo mudo de bautizos, primeras comuniones, confirmaciones, bodas, funerales, misas solemnes y las más variadas eucaristías relacionadas con llaniscos y llaniscas. Allí recibió sepultura momentánea Pedro Menéndez de Aviles, el Adelantado de la Florida; hasta allí llegó desde La Herrería el niño Pedro Inguanzo Rivero, futuro Cardenal Inguanzo, con la intención de bautizarse en la villa para disfrutar de los privilegios de hijo pilongo, y en ese lugar ocurrieron los acontecimientos más íntimos, desde el bautismo hasta el funeral, del político llanisco que voló más lejos: José Posda Herrera.
Desde lo más alto, contempló el monarca del llamativo mentón los acontecimientos más relevantes que afectaron a los llaniscos en los últimos cinco siglo. Salvando las distancias, el hallazgo guarda paralelismo con otros muchos, como el de la Dama de Elche, ocurrido en 1897.
Enhorabuena y confirmar que, a veces, los tesoros se descubren trabajando, no por casualidad.
Fotos: Valentín Orejas