En septiembre del año 1978, el párroco don Gil Ganzarain lanzó la idea de hacer una colecta para restaurar la capilla de Santa Ana, construida en el siglo XV por la Cofradía de Mareantes del Señor San Nicolás, en la actualidad Cofradía de Pescadores Santa Ana.

La iniciativa fue muy bien acogida y un grupo de llaniscos, espontáneamente y sin pensarlo dos veces, comenzó a visitar a las familias de la Villa y el Concejo para recoger las aportaciones, las cuales semanalmente “El Oriente de Asturias”, siempre dispuesto a prestar su valioso apoyo, fue publicando.

Tras la espléndida  y masiva respuesta de los llaniscos residentes, tanto de origen como de adopción, se hizo un llamamiento a los llaniscos ausentes, que colaboraron generosamente, así como la colonia veraniega.

Uno de los gastos más importantes de la restauración era la puerta de acceso, la cual sufragó don Delfín Ruiz Rivas, en memoria de sus antepasados muy devotos de Santa Ana.

Las obras del tejado, la pintura interior y exterior y algunos otros detalles se terminaron en el mes de noviembre del aquel año, y aunque también necesitaban restauración el retablo, los bancos y el suelo de la sacristía, se fijó el 4  de diciembre para celebrar la solemne misa de inauguración.

Ese día el templo de los marineros estaba abarrotado, la homilía fue pronunciada por el padre Azqueta, del Corazón de María, en la que hizo un canto a Santa Ana. Elogiando calurosamente a cuantas personas habían contribuido para que esta capilla de tanta tradición histórica volviera a la gloria de tiempos pasados. El coro parroquial dio brillantez al acto y se entregó a los presentes un recordatorio de la efemérides. Finalizada la misa la niña Ana Elvira Álvarez Muñoz, por ser la Ana más pequeña del barrio, descubrió la placa conmemorativa de este acto.

Fuente, “El Oriente de Asturias”