La actual imagen de Santa Ana, tan querida por los marineros y por todos los llaniscos, que nos presenta a la madre de la Virgen, ya de cierta edad, y con los ojos esquivando la mirada directa del espectador, junto a la Virgen niña, en la que destaca su rubio cabello en ondas cayendo sobre la espalda, sustituye una imagen anterior, que al parecer alguien se llevó y nunca devolvió, que era más pequeña, portaba a la Virgen en brazos y se vestía.
Imagen, Valentín Orejas