Contemplando la imagen de ese San Nicolás que desde hace muchos años acompaña a nuestra Santa Ana en el altar de su preciosa capilla en Cimadevilla, me pregunté quién sería este santo, que muchas veces allí vi pero que poco sabía de él, de su relación con la marinería y, sobre todo, con la llanisca. Así que, interesándome por el asunto, me encontré con lo siguiente que paso a contaros.
San Nicolás de Myra (al parecer y por tradición: 15 de marzo de 270-276 de diciembre de 343), también conocido en Occidente como Nicolás de Bari por ser el lugar donde fueron trasladados sus restos, fue una de los primeros cristianos y obispo de la ciudad marítima de Myra (griego antiguo: Μύρα , hoy en día Demre, Turquía) en la antigua Anatolia, durante el tiempo del Imperio romano.
De acuerdo con un relato, entre historia y leyenda, durante una gran hambruna que azotó a la ciudad de Myra durante los años 311 y 312, Nicolás invitó a los capitanes de los barcos que llevaban trigo a Constantinopla a que le entregaran varios sacos de este cereal de cada una de las embarcaciones para ayudar a la ciudad en tal difícil momento de necesidad y repartir entre los más necesitados, pero estos se negaron a tal operación, pedida por el que creían un visionario, con la excusa de que el trigo era para el emperador de Constantinopla, que era por ese tiempo Flavio Valerio Aurelio Constantino (Constantino “el Grande”), y que se pesaría al llegar al puerto de Constantinopla y por lo tanto se darían cuenta de su falta al no dar la cantidad justa que esperaba recibir el emperador, y con el resultado de muerte para los responsables por tan grave falta.
Solamente cuando Nicolás les prometió que por la Gracia de Dios los sacos se llenarían de nuevo antes de llegar a puerto y que no sufrirían pérdida alguna en el peso, los marineros convencidos accedieron a este acuerdo.
Y así fue.
Cuando más tarde arribaron y fondearon al ancla en dicho puerto, hicieron un descubrimiento sorprendente, el peso de la carga que transportaban los sacos no había mermado en absoluto, aunque el trigo retirado en Myra era suficiente para dos años completos para la alimentación de sus habitantes e incluso podría ser parte de él utilizado para la siembra.
Como curiosidad, decir que cierta cantidad de ese trigo fue destinado a la elaboración de cerveza, con lo que ya tenemos también a San Nicolás como patrón de los cerveceros.
El respeto y admiración que los habitantes de la ciudad dedicaron a los marineros fue enorme y de tal resonancia esta historia que, en agradecimiento, San Nicolás fue declarado protector y santo patrón de las gentes de la Mar en casi todos los puertos del mundo entonces conocido.
Existe otra curiosa historia sobre nuestro santo que nos cuenta que, siendo Nicolás aún joven, se compadeció de un desquiciado hidalgo de la localidad de Patara, en la Licia (antigua región del sureste de Asia Menor, en las actuales provincias turcas de Antalya y Muğla), que habiendo caído en la más absoluta miseria se había visto obligado a prostituir a sus tres hijas (según la leyenda hermosas y honestas). Para remediarlo, el Santo de Bari echó tres zapatos llenos de oro durante otras tantas noches por la ventana del cuarto donde dormía aquel padre desnaturalizado, con lo que le “proveyó el remedio oportuno”. En otra versión, que haría historia, dejó caer por la chimenea unas monedas de oro que milagrosamente cayeron en unas medias de lana que las jóvenes habían dejado secando.
De aquí se supone la tradición de colgar las medias y calcetines que sirven para recibir regalos en Navidad… ¿Os recuerda a algo o a alguien?
Así también, en ocasiones se representa al obispo de Myra con tres monedas de oro en las manos y, debido a la historia relatada, se le proclamó “Santo protector” de las prostitutas.
Contados los muchos milagros atribuidos a su intercesión, también es conocido como Nicolás “el Taumaturgo” (el que tiene poderes para hacer milagros o actos prodigiosos), y bajo su protección se pusieron los comerciantes, arqueros, ladrones arrepentidos, niños, las casas de empeño y estudiantes en diferentes ciudades y países en Europa.
Eso es todo amigos, un abrazo, buena Mar y hasta la vista,
Fernando Suárez Cué
Imagen Portada: Catedral de San Nicolás de ‘Los Marinos’ en San Petersburgo, ciudad rusa situada sobre la desembocadura del río Neva en el golfo de Finlandia.