BUCEANDO EN “EL ORIENTE DE ASTURIAS” AÑO 2003
“Nació en este romántico y ponderado Llanes cuando el Colegio de la Encarnación marcaba el límite norte de la villa y a su frente no existía más que el Asilo de Ancianos desamparados. Los demás puntos cardinales estaban muy cerca los unos de los otros, constituyendo Llanes una entidad de población muy limitada en su superficie.
Se combatía con dureza en la batalla de Verdún (1914- 1910) cuando Eulogio Cue Inés vio la primera luz hace la friolera de 87 años. Hijo de Ildefonso (Fonso el Ciegu) y de María, ambos llaniscos de pura cepa.
Durante los años de penuria económica, cuando el producto de la pesca alcanzaba cotas muy bajas, Eulogio a sus doce años, se enrola en una embarcación para dedicarse a la pesca, y de esta forma aportar algún dinero para ayudar a sus padres.
Cuando no salía la mar Eulogio practicaba el piragüismo habiendo cosechado importantes triunfos, como el conseguido en el año 1948 en que ganó el Descenso del Sella en la modalidad de K-1, quedando segundo en otras tres ocasiones.
Fue remero de primera categoría en la clase de bateles, compitiendo en pruebas dentro y fuera de nuestra región.
Deportista nato, practicó el fútbol de forma desinteresada con entrega total, defendiendo los colores del Llanes, cuando este equipo no está federado.
Pero lo más digno de destacar de Eulogio fue su faceta humana. Los que le conocimos y tratamos tenemos la obligación de pregonarlo a los cuatro vientos.
De sus cuatro hijos, de los que felizmente viven tres, uno de ellos Logín (como cariñosamente se le conocía) nació con trisomía 21.
Durante 31 años, Eulogio fue padre y madre de este hijo al que dedicó todas sus fuerzas, cariño y ternura para que no le faltara nada.
Puede decirse que la vida de Logín estaba unida a la de su padre, de tal forma, que cuando a los 31 años falleció su hijo, su padre no sobrevivió mucho tiempo
Quizá sea esta una vida de marcado sacrificio para una sociedad egoísta, donde el ser humano tiene más palabras que sentimientos y y acusada indiferencia a las calamidades humanas.
Persona atentisima y servicial en grado sumo, verdadero amigo de todo el mundo, que incluso ya impedido, salía a pescar marisco para luego regalarlo a sus amistades.
Sabemos que diste una gran lección de humanidad a toda la sociedad, pero muy particularmente a muchos llaniscos”.
Imagen, Celestino Cue
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