Juanita Varela Dosal, tras dejar su puesto en el muelle María Jesús Goti Somohano “Chucha la Churrera, vio la ocasión y adecuo la vieja caseta de madera reformando su estructura e interior, y comenzó a elaborar churros.
Juanita había nacido en Pancar en el año 1932, pero se crió con sus padres y hermanos en la llanisca calle de la Calzada.
Su padre, que se llamaba Tomás, miembro de la banda municipal y gran ebanista, murió en el frente durante la Guerra Civil, y a partir de entonces la existencia se hizo muy complicada para su mujer Florentina y sus cuatro hijos, que para ayudar a su madre empezaron a trabajar siendo unos críos, Juanita con apenas 9 años.
Se casó con Arsenio Torres Crespo, natural de Bustio, que era chófer de una línea de camiones. Nada más contraer matrimonio se fueron a vivir a la Felguera, pero pronto decidieron emigrar a Australia, tardando en llegar a esa isla de Oceanía un mes.
Mientras Arsenio ejercía de chófer, ella se dedicaba a tareas de lavado y planchado en un hotel. Más tarde, se vieron obligados a desplazarse al norte del país para incorporarse a la campaña de recolección de la planta del tabaco y después de la uva y el azúcar. En Australia residió el matrimonio durante 7 años.
Volvieron en el buque inglés “Canberra”, y nada más llegar a casa, Juanita no perdió el tiempo y pasó a asumir la gestión de los servios de la playa del Sablón, encargándose del alquiler de los toldos, el mantenimiento de las duchas y la atención del chiringuito, en el que servía unos ricos pinchos de tortilla que todavía muchos recuerdan.
Juanita estuvo elaborando los que consideramos los mejores churros del mundo durante más de tres décadas.
En la actualidad, continua el negocio su nieta.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Imágenes, “El Oriente de Asturias” y Valentín Orejas
0 comentarios