Cuando se encuentra una solución a un problema, siempre nos preguntamos: ¿Cómo no se nos habrá ocurrido antes?.
Esa típica reflexión se me ha venido a la cabeza al leer en un artículo de Luis Fernández Trespalacios, que publicó el Oriente de Asturias en 1991, que Alfonso Cimino, el popular conservero siciliano que se afincó en Llanes, construyó, en los años 30 del siglo pasado, un artefacto similar al que usaban los pescadores de esponjas en el estrecho de Messina (Sicilia).
El aparato, que era muy sencillo, consistía en sustituir el fondo de un caldero por un cristal, lo cual permitía ver los fondos marinos con total nitidez.
Añade Trespalacios: “ Mientras lo mantuvieron en secreto hicieron mareas de centollo nunca vistas”.
Imagen, Valentín Orejas
0 comentarios