Don Tomás del Cueto Vallado había nacido en Hontoria el 12 de enero de 1813, y se puede considerar el último cura beneficiado de Santa María del Concejo y también el último escolar del Convento de monjes benedictinos de San Juan de Celorio.
Tras estudiar Teología en Oviedo se ordenó presbítero en Valladolid a los 23 años.
Empezó su carrera ayudando a su hermano, que era cura en Hontoria, después fue ecónomo en Panes y Alevia hasta que se incorporó definitivamente a la parroquia de Llanes, donde además de beneficiado fue clavero.
Don Tomás amaba tanto su profesión eclesiástica como la agricultura, por lo que alternaba sus tareas apostólicas con la siembra de coles y patatas, la recolección de manzanas y la plantación de arboles.
Además, tenía colmenas, criaba canarios y poseía un mono, una ardilla y un loro.
Y por si lo anterior fuese poco, era un hábil pescador de caña y un notable improvisador de aleluyas.
Era una figura habitual en la punta del Guruñu y en Calaberu, con su levita de amplios faldones y montera, portando la caña al hombro y el cesto con la carnada en una mano.
A sus compañeros de pesca les saludaba con aleluyas:
“A pescar vengo
porque pescando me entretengo.
Antes de cenar
es bueno tomar
el aire de mar,
y el sol con Gayol.
.Y con Pepe Herrero
que es buen marinero
y de los pescadores el primero.
Falleció a los 92 años, y hasta los 90 ofició misa.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Imágenes, “El Oriente de Asturias” y Valentín Orejas
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