Este establecimiento de sidrería, con lagar incluido y cosecha propia de manzana, elaborada en la casa y embotellada y vendida a su clientela, estaba sito en la Calzada, con vistas por el norte a la marisma del Riberu, y de ahí su nombre. Además, suspendido de una viga había una maqueta de un velero.
Al Camarote acudían gentes de todos los estamentos sociales de la villa. Fueron famosas sus tertulias en las que se discutía de todo, siempre dentro de la mayor camaradería y amistad.
Cerró sus puertas poco antes de la Guerra Civil.
Fuente e imagen, “El Oriente de Asturias”
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