Lolina Muñoz Tocornal nació en el barrio del Cueto en 1926. Cursó sus primeros estudios en el Colegio de las Mantillas, seguidamente pasó a estudiar en la Divina Pastora, centro en el que dio sus primeros pasos hacia la confección.
Con 14 años ingresó en el taller de bordados de Pancar, donde se formó como modista.
Después, su madre la envió a Madrid a perfeccionar su formación y empezó a trabajar en un prestigioso taller de la calle Atocha.
De regreso a Llanes, continuó dedicándose a la confección, hasta que su hijo Ángel, con apenas cinco años, a consecuencia de una meningitis, perdió la vista.
Al tener el pequeño Ángel que ingresar en un colegio de Madrid, Lolina se fue con él, y no volvió a su Llanes de alma hasta pasados 10 años.
Además de Ángel, Lolina tuvo tres hijos más, José Manuel, Loli y María.
Entonces, abandonó la confección y decidió probar suerte en el mundo del comercio, más concretamente en la venta ambulante.
A los 50 años sacó el carnet de conducir para tener más independencia y poder trasladarse a las fiestas de los pueblos.
Al terminar un verano, se le ocurrió ir con el material sobrante a la puerta del Instituto llanisco, y tuvo tanto éxito que solicitó permiso al Ayuntamiento para instalar un kiosko, y cuando acababa el curso trasladaba el mismo a las Barqueras.
Dicho kiosko lo trasportaba el recordado Chovero, pero un año se produjo un choque con la esquina de una casa, según contaba Lolina en una entrevista en “El Oriente de Asturias”, y quedó muy dañado, por lo que decidió establecer uno fijo en Las Barqueras.
En el año 2009, fue distinguida por el Patronato de Turismo y Comercio de Llanes con el premio que otorga anualmente dicha entidad.
Llegó un día que esta empresaria y dinámica emprendedora, además de madre ejemplar, se jubiló. Le sucedieron en el negocio sus hijas Loli y María, que lo ampliaron con más productos. Desde ese momento, Lolina se convirtió en una viajera infatigable, visitando casi todos los países de Europa, además de Egipto y Argentina.
Falleció en octubre de 2012, y puso a todo Llanes de luto, ya que fue una de las personas más populares y queridas de la Villa y el Concejo.
En la actualidad, su hija María continúa regentando el negocio.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Imágenes, “La Nueva España” y Valentín Orejas
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