A estas alturas de la película, ya todos estamos convencidos de que el acto de ejecución de la CE que cerró a la pesca de fondo 87 áreas de España, Portugal, Francia e Irlanda, es una chapuza.
Tal parecía que el Reglamento de Ejecución (UE) 2022/1614 de la Comisión lograba la victoria de las ONG conservacionistas en su cruzada contra el arrastre. Pero a esos lobbies tan poderosos, que se mueven en Bruselas como peces en el agua y que paradójicamente tienen los mismos intereses que el sector pesquero, pues también abogan por el mantenimiento del ecosistema marino, y a la propia Comisión, les ha salido el tiro por la culata.
El reglamento, que entre otras”incorrecciones” no ha usado la mejor información científica y que tampoco ha analizado el impacto económico, no consigue el fin perseguido, pues el arrastre de fondo esquiva el veto.
Si lo he entendido bien, la razón de que el arrastre pueda mantener en un 90% sus caladeros tradicionales, es que faenan entre los 0 y 400 metros, y según ha aclarado la Comisión el acto de ejecución se aplica en los 400 metros a pesar de que en 41 de los 87 polígonos existen batimetrías inferiores.
Pero no acaban aquí los efectos del chapucero acto de ejecución, ya que además produce un daño colateral, afectando de lleno al palangre de fondo, un arte selectivo, de bajo impacto en el lecho marino y escasa huella de carbono.
Resultando que mientras los arrastreros se salvan, los palangreros de ”Gran Sol” son los que sufrirán las consecuencias.
Y todo porque al parecer no se ha utilizado información expresa para el palangre, sino que se ha extendido los informes del arrastre al palangre, evidenciando una total falta de rigor.
A España solo le queda la vía judicial.
A las consecuencias muy adversas del Brexit,las cuotas, los efectos de la pandemia, el aumento del precio de los combustibles, el descenso del consumo del pescado, se suma este despropósito.
Teniendo en cuenta de que la existencia de los grupos de presión son una realidad conocida y asumida por Bruselas y por cada uno de los 27 países que conforman la UE, a lo mejor si se hubiera creado a tiempo un lobby específico de la pesca, no se dictarían normas tan desmedidas y se evitarían pérdidas de riqueza y empleo.
Imagen, Valentín Orejas
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