Como tantos indianos llaniscos, don Jesús Díaz de la Fuente intentó mejorar las condiciones de vida de su pueblo, financiando la traída de aguas y la construcción de tres fuentes, el Rosel, la Torre y la Viña, las cuales fueron inauguradas en 1922.
Además de donativos para los vecinos de Niembro, Barro, Balmori y Quintana, entre otras numerosas mejoras, donó las campanas de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores y, junto a otros familiares, también el altar mayor de la misma. Asimismo, fue fruto de su generosidad las campanas de la Iglesia parroquial de Posada. Tampoco, olvidó ayudar a la construcción de la escuela de su pueblo, así como aportar una cuantiosa suma para el Colegio de la Encarnación de la Villa llanisca.
Este gran benefactor había nacido en Niembro el 1 de noviembre de 1882 y era hijo de Miguel Díaz Obeso, natural de Bricia, y de Vicenta de la Fuente Parres, de Niembro.
Fue el primero de seis hermanos y con apenas 12 años emigró a México reclamado por su tío Juan de la Fuente Parres, un importante industrial astur-mexicano, casado con Concepción Nieto, perteneciente a importante familia del país azteca, que sería para él una segunda madre. Hasta los 18 años permaneció en la hacienda “La Providencia”, perteneciente a su tío Juan, pasando después a trabajar con otro hermano de su madre, Casto, dedicado a la explotación de la raíz del zocatón, muy apreciada para la fabricación de cepillos y otros utensilios.
En ese negocio continúo el sobrino aunque con una innovación el cultivo de maíz, el cual exportó a Europa, a través de las sucursales en el puerto de Hamburgo.
En 1910 contrajo matrimonio con la llanisca Encarnación Sobrino Díaz, quien fallecería un año y medio después tras dar a luz a la única hija del matrimonio, Encarnación.
En 1921 se traslada a España fijando su residencia en Santander, pasando largas temporadas en su finca de “El Palacio”, de Niembro, en la actualidad propiedad de otro indiano, Juan Antonio Pérez Simón. Contrajo segundas nupcias con Concepción del Campo Balmori, de cuya unión nacieron dos hijos, Jesús y Miguel Ángel.
En el año 1930 y por motivos empresariales, regresó temporalmente a México, aunque esa temporalidad se convertiría en definitiva al estallar la guerra civil española.
Participó activamente en los acontecimientos más importantes de la colonia española, siendo uno de los fundadores del Club Asturias, que presidió hasta el año 1920, club que un año más tarde se convertiría en el Centro Asturiano de México, al cual facilitó los terrenos largamente buscados para el asentamiento definitivo del Campo Deportivo Asturias, que sería inaugurado oficialmente el 10 de marzo de 1936.
Si bien, la labor filantrópica de nuestro indiano para la colonia asturiana tuvo su mayor exponente con la donación, durante su presidencia de la Sociedad de Beneficencia Española, de un pabellón que acoge en la actualidad la Unidad de Psiquiatría “Don Jesús Díaz de la Fuente”.
Falleció, precisamente en el Hospital Español de la ciudad de México, en abril de 1962, contaba con 80 años de edad.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Imágenes, Valentín Orejas y “El Oriente de Asturias”
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