Cuenta la tradición que la imagen de la Virgen de Guía, después de guiar milagrosamente a marineros llaniscos que se vieron atrapados en una terrible tempestad, fue depositada en la capilla de San Antón Abad.
Sin embargo, la talla de madera aparecía una y otra vez en un cerro sobre la Villa, lugar en el que se acabó edificando su santuario.
Y así, al entrar en Llanes por la mar, a lo primero que se van los ojos, por encima de todo lo demás, es a la venerada capilla.
Imagen, Nel Melero
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