Contaba “El Oriente de Asturias” que, el día 6 de marzo de 1966, había tenido lugar la reapertura del acreditado Restaurante Bar del Muelle, tras una total renovación de sus instalaciones. Dicho establecimiento se inauguró el 25 de marzo de 1933 en un local que pertenecía a don Fructuoso Morales.
Alababa el semanario el acierto de sus propietarios el simpático y locuaz Agustín Guijarro Junco y su esposa Manola Rozas, reconocida como experta cocinera, al equiparar tan popular establecimiento a los mejores de nuestra provincia, como igualmente ponderaba el detalle de sumo gusto de instalar un artístico mural representativo del Puerto de Llanes.
Aquel año el Bar del Muelle, cuyo propietario estaba tan vinculado a la Cofradía de Pescadores, ya que había ejercido como administrador de la Rula, ofertó dos fantásticos menús para Noche vieja, que como no podía ser de otra manera tenían como platos fuertes la langosta y las angulas.
Guillermo Fernández Buergo
Agustín Guijarro tenía un concepto muy adelantado para lo que era la hostelería llanisca del momento. La cocina era buena y el servicio de camareros, auténticos profesionales, extraordinario. La terraza estival ocupaba lo que hoy es Revuelta y Bitácora. A principios de los años 70, un camarero cangués que trabajaba la terraza de El Muelle a porcentaje y propinas, me comentó que en los días festivos del verano, sobre todo por La Guía, sacaba 25.000 pesetas diarias, un lujo de salario para la época. Eso sí, trabajaba desde las nueve de la mañana hasta la madrugada del día siguiente. ¡¡¡¡¡Y este año habrá negocios de hostelería que no puedan abrir en el verano por falta de personal!!! Madre del amor hermoso, qué bajo hemos caído. Para finalizar: De la barra de El Muelle me llamaban la atención aquellas bandejas rebosantes de gambas y langostinos cocidos, aunque mi predilección matinal apuntaba a las empanadillas rellenas de bonito. Lástima que el relevo familiar no fue posible. Saludos para la Cofradía.