En las obras de remodelación del puerto, el día 10 de diciembre de 2010, se desenterró un objeto metálico sospechoso, que obligó a detener los trabajos. La pieza no dejaba lugar a dudas, se trataba de un proyectil de unos 60 centímetros de longitud y 60 kilos de peso. Las máquinas cesaron su actividad y se desalojó la zona. Unas horas más tarde, se personaron en el puerto llanisco varios miembros de los Tedax para hacerse cargo del objeto. Y tras las comprobaciones oportunas, informaron de que era un proyectil de artillería rompedor, lanzado desde un cañón terrestre, que no había llegado a detonar en su momento.
Aún así, la bomba estaba perfectamente operativa y tenía la suficiente fuerza como para destrozar una casa y matar a una persona a unos 300 metros a la redonda.
Fuente e imagen, “El Oriente de Asturias”
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