Vamos a ponernos en antecedentes, Fernando VII que no había tenido sucesión de sus tres primeras esposas, contrajo cuartas nupcias con su sobrina María Cristina de las Dos Sicilias. De dicho Matrimonio nació la princesa Isabel, que heredó el trono a la muerte de su padre, el cual había derogado la ley Sálica que excluía a las mujeres de la sucesión al trono.
Pero ocurrió que Carlos, hermano de Fernando VII, se negó a jurar a su sobrina, acudiendo a la guerra civil que duró 20 años y que terminó con el Convenio de Vergara, el cual aseguró en el trono a Isabel II.
Como no podía ser de otra manera, aquella guerra por la sucesión tuvo repercusiones en Llanes, donde partidas carlistas entraban en la villa llevándose armas, caballos, tabaco y “contribuciones”.
Pero a lo que yo quería llegar es a que, según relata Fernando Carrera en un libro editado por “El Oriente de Asturias”, en 1834 vino a Llanes un pelotón de artilleros a recoger armas y desartillar el Fuerte, llevándose cuatro cañones de a cuatro. Pero al querer arrancar otro cañón que servía de amarre en la cabeza del muelle, se amotinaron los marineros llaniscos provocando una colisión.
Carrera nos deja sin saber con detalle que pasó, ya que solo cuenta que el incidente fue sofocado.
Fuente, “La Historia y la Anécdota” de Fernando Carrera
Imagen, Valentín Orejas
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