En el barrio de Santa Ana, en la calle que lleva su nombre, nació, el día 25 de septiembre de 1818, Nicolás Teresa Sánchez.
Era hijo de José de Teresa y González Posada y Joaquina Sánchez Tamés. Siendo muy joven partió para México con el fin de interesarse por negocios familiares, pero tras cumplir con aquel cometido hizo su propia fortuna.
En 1834, se estableció en Puebla de los Ángeles y después en la capital de la República, dedicándose a negocios de hilados y tejidos y bancos.
En las turbulencias de aquella nación supo hacerse respetar y querer por todos los partidos, siendo su casa el centro de los más importantes negocios de la banca y comercio. A él se le debe la fusión del Banco Nacional de México y el Banco Mercantil Mejicano, unión que tanto contribuyó a la prosperidad pública.
Regresó a Llanes en 1890 y a sus expensas se construyeron dos fuentes, que traían las aguas por cañería de hierro desde la principal. Aquellas fueron: la de los Remedios, frente a la calle Manuel Cue, y la de San Nicolás, que se hallaba al comienzo de la rampa que sube a la Plaza del Carmen, la cual se tapó a consecuencia de las obras de la dársena.
En la capital mejicana construyó, cuando allí solo existían edificios de planta baja y azotea, uno, de cinco plantas, con la técnica de los rascacielos de Estados Unidos.
Se casó con Dolores Miranda Muñoz, natural de Puebla de los Ángeles, de cuyo matrimonio nacieron 11 hijos: Manuel, Dolores, Isabel, Luisa, José María, María del Carmen, Nicolás, Pedro, Francisco, Fernando y María de la Paz.

Esposa de Nicolás de Teresa
De ellos dos estuvieron vinculados a Llanes, Pedro, que se casó en la villa llanisca y en ella construyó su casa, y que era conocido como “el Coju de la Guía”; e Isabel, que contrajo matrimonio con el benefactor llanisco Faustino Sobrino Díaz.
Nicolás falleció en México el 14 de mayo de 1892, dejando una gran fortuna que no bajaba de los 10 millones de reales.
“El Oriente de Asturias” decía en su necrológica:
“ Fue un hombre ilustre. Amó Llanes, extendió la influencia española en México, protegió a sus paisanos, facilitó las relaciones comerciales, desenvolvió las condiciones individuales y sociales, impulsó el progreso con sus iniciativa y la energía de sus facultades”.
Fuentes, “El Oriente de Asturias” y Geneanet
Imágenes, Geneanet y Valentín Orejas
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