Por Guillermo Fernández Buergo
Entre la calle del marqués de Canillejas y el paseo del Muelle, así estaba en la mañana del pasado domingo el puerto deportivo de Llanes en la zona próxima al puente sobre el río Carrocedo. Varios millones de euros después y la desaparición de la Dársena, la morrona y la playa del Sablin y el muelle de Santiago, la infraestructura resultante no permite a los barcos salir a pescar en la bajamar. La causa, dicen los expertos, que yo no lo soy, es la falta de dragado. Y para dragar, creo, hay que pedir permiso a Puertos del Principado, un organismo que parece tener su sede en Nueva Zelanda o Camboya.
Hace 52 años, en 1969, la situación era similar y se arregló con dosis buena voluntad entre las tres partes interesadas en el asunto: Puertos de Asturias, cuyo ingeniero jefe era Enrique Vera; el Ayuntamiento de Llanes, cuyo alcalde era Aurelio Morales, y la Cofradía de Pescadores Santa Ana. Por esas fechas, en los dos primeros fines de semana del mes de marzo, se dragó la Dársena ‘Cabo Noval’, como la llama Fernando Suárez Cue. Y se realizó de forma totalmente gratuita con la intervención de doce camiones de la flota local y una pala retroexcavadora. La empresa Aresil, que explotaba arenas de sílice en Bolao, aportó tres camiones y la pala. Transportes Maya colaboró con dos camiones. Y con un camión cada una, participaron las empresas llamadas Cortina, Dorado, Amieva, Torre, Hernández, González y Díez-Cue. El ayudante de Marina, Sabino Collazo Varela, también arrimó el hombro al buen fin del proyecto.
La primera fotografía refleja el estado en el que se encontraba el puerto deportivo de Llanes el pasado domingo, a las ocho de la mañana (después de haber gastado varios millones de euros para que no se repitiera la imagen). La segunda fotografía, de poca calidad, recoge los trabajos de dragado de la Darsena, en 1969. ¡¡¡Oh tiempos!!! Saludos cordiales.