Desde que los seres humanos aparecieron sobre la tierra, se han afanado en predecir el tiempo, sobre manera aquellos que por su profesión necesitan estar pendiente del mismo como los campesinos y pescadores.
Una de esas formas de predicción, muy anterior a contar con instrumentos tan precisos como los que tenemos en la actualidad, incluso antes del calendario zaragozano, estuvieron y están, pues siguen siendo muy populares, las témporas.
Para que ellas “nos hablen”, hay que observar el tiempo existente entre el miércoles y sábado de la semana anterior al cambio de estaciones, y lo que predomine durante estos días será la tónica de la estación entrante.
Imagen, Valentín Orejas
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