El 10 de diciembre de 1893 fue inaugurado junto al Ayuntamiento un moderno mercado cubierto de hierro y cristal.
El edificio respondía a una concepción renovadora de este tipo de espacios que se habían levantado en toda la geografía española.
Sin embargo, aquel edificio, que representada una puesta al día de la venta al por menor, no gustó a nadie.
Protestaban los vendedores, que además no querían compartir con el Ayuntamiento los beneficios obtenidos por sus ventas, de la escasa capacidad del lugar, que hacía que muchos tuvieran que poner sus géneros y los carros en la carretera obstruyendo el paso, y también del frío en invierno y del calor en verano.
Así que al poco tiempo el edificio se fue abandonando, y en 1900 se arrendó a un trapero que almacenaba allí toda clase de desechos.
La irritación general por la suciedad y el desorden derivados de esa situación no dejaron de aumentar, por lo que el 17 de julio de 1905 el Consistorio anunció la subasta del edificio y solar. El tipo de remate se estableció en 36.800 pesetas, debiendo girar las posturas a la alza, y la fianza, como depósito que había que consignar, ascendió al 5%. En aquella primera subasta no hubo licitador alguno.
Dos años después, el Ayuntamiento, ante la imposibilidad de deshacerse del edificio, rebajó el precio de remate a 25.000 pesetas. A esta nueva subasta, que se celebró el 21 de febrero de 1907, sólo se presentó como licitador la Sociedad Casino-Teatro de Llanes, que aceptó las condiciones del Consistorio, y emprendió la demolición del mercado y la construcción del Casino.
Imagen, “El Oriente de Asturias”
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