BUCEANDO EN “EL ORIENTE DE ASTURIAS” AÑO 1932
“Aquella soledad y tristeza del muelle, que daba pinceladas frías al puerto, se ha ido a mejores tierras.
Las lanchas ya no pasan horas haciendo gemir los fuertes cabos que las sujetaban a las argollas de hierro, y los marineros tampoco ven correr el tiempo sosteniendo las fachadas de la casas con la vista fija en el “semblante”.
Ahora las motoras, limpias, con los cascos muy brillantes y muy pulidos salen muy de mañana, a veces cuando todavía reina la noche, a hacerse cosquillas en la panza con el peto blanco de las olas.
Y al atardecer, están ante las escalerillas de piedra del muelle con la boca llena de bocarte que bulle, resbala y relumbra como buena plata.
¡Da gloria verlo!”.
Firmado, Antolín
Imagen, Valentín Orejas
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