VILLA ANTOLÍN | LA FORTUNA QUE VINO DEL MAR

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Antolín Menéndez Sordo nació en Purón, de donde salió muy joven con destino a Cuba para trabajar con sus tíos Pedro y Lucio Sordo Martínez, hermanos de su madre.

Después, se trasladó a México y tras mucho trabajo adquirió, junto a su hermano José y otros dos puroniegos, los hermanos Merodio Sordo, una finca platanera, sita en el Estado de Oaxaca, llamada “La Esmalta”, la cual explotaron y vendieron en 1929 con grandes beneficios.

Una vez que regresaron a su localidad natal, tuvieron la oportunidad de hacerse con una finca en el barrio de “El Candal”, que contaba con una casa de labor de la que habían sido caseros sus padres y antes, sus abuelos.

En la misma, construyeron una impresionante mansión, rodeada de un magnífico jardín, que parece erguida en un pedestal, y en la que destaca una colosal torre, todo un símbolo de distinción y propia de un cuento de los hermanos Grimm.

Desgraciadamente, Antolín pudo disfrutar muy poco de la villa, ya que la dura vida en el trópico le dejó secuelas. Falleció en Purón el 28 de julio de 1938, tras haber estado durante un mes hospitalizado en el hospital de Valdecilla.

Su funeral fue multitudinario, pues era muy apreciado. Así lo recogía “El Oriente de Asturias”:

“ La manifestación de duelo por don Antolín Menéndez Sordo, benefactor de su pueblo, fue verdaderamente grandiosa. El pueblo todo concurrió al entierro y a sus vecinos se unieron nutridas representaciones de toda esta comarca. De Llanes asistieron innumerables personas, en autos, en camiones, a pie y en un tren especial que se detuvo en el puente del Respeño, dándose por primera vez el caso de utilizarlo como apeadero. Presidieron el duelo numerosas autoridades, junto al hermano del fallecido y otras personas de su familia”.

En la actualidad, la villa sigue siendo propiedad de familiares de don Antolín y es una vivienda vacacional.

Además, ha sido escenario de series de televisión.

Fuente, “El Oriente de Asturias”

Imagen, Valentín Orejas

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