BUCEANDO EN “EL ORIENTE DE ASTURIAS AÑO 1926
“Hallándose, el pasado lunes, bañándose en la playa de Puerto Chico, el Joven Fernando Díaz Valerio, se internó bastante en la mar, encontrándose, cuando quiso verificar el regreso, que la fuerte resaca reinante se lo impedía, por lo que demandó auxilio a grandes voces.
Entre las pocas personas que en aquellos momentos se encontraban próximas a la playa, figuraba el joven Manuel González, quien fue el primero, despreciando el peligro que corría, que se arrojó al mar en socorro del joven mencionado.
A las demandas de auxilio acudieron otras muchas personas, entre ellas Juan Dorado y Benito Llaca, los cuales también se lanzaron al mar, como igualmente lo verificó, momentos después, el Guardia Civil de este puesto, don Arturo Prieto San Juan.
Entre todos ellos se pudo prestar ayuda a Fernando Díaz Valeiro y también a Manuel González, a quien por el esfuerzo realizado le flaquearon las fuerzas.
La conducta de cuantos contribuyeron en este hecho ha sido ejemplarísima, y no dudamos que por lo llamados a ello se habrá tenido ya en cuenta y se habrá cursado el parte correspondiente.
Celebramos de todo corazón que el accidente no haya tenido la trascendental importancia que al principio se creyera.
Hemos de hacer constar, sin embargo, nuestra protesta todo lo enérgica que se nos permita y que creemos precisa.
A principio de verano demandamos, una, dos, no sabemos cuantas veces, porque en la playa de Puerto Chico se colocase una maroma, la cual en este día podía haber prestado utilísimo servicio, sin que nuestra humilde voz fuese oída.
Después, requerimos también al Presidente de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, desde este periódico, para que en el citado Puerto Chico se colocasen algunos salvavidas de los de la estación llanisca, en previsión de alguna urgente necesidad.
Pero nada sigue sin salvavidas y sin maroma, a pesar de que nuestra juventud continua aún bañándose”.
Imagen, Valentín Orejas
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