La nueva rula, que se compone de un edificio de dos cuerpos adosados, con una superficie de 677 metros cuadrados, cuyo proyecto fue obra del arquitecto llanisco José Luis Batalla, era una antigua reivindicación de la Cofradía de Pescadores Santa Ana, por cuya construcción luchó con tesón su patrón mayor, Ángel Batalla. Esta moderna lonja, que cuenta con todos los servicios a disposición de los pescadores, fue inaugurada el 7 de julio de 2008 y sustituía a la que conocemos como la rula vieja, que se construyó sobre una rampa que se empleaba para la reparación de embarcaciones. La misma, que desempeñó sus funciones durante décadas y que despertó mucha curiosidad por su novedoso estilo arquitectónico, poco a poco fue teniendo muchas carencias por lo que se fraguó en la Cofradía, que en aquellos días estaba constituida con diez embarcaciones y 30 pescadores y facturaba anualmente 1,1 millón de euros y 185.000 kilos de ventas anuales, la construcción de una nueva lonja en el mismo puerto pesquero y dotada con las más avanzadas técnicas.
Con anterioridad, la subasta de pescado se realizaba en una rula muy humilde, que se ubicaba entre el antiguo bar del Muelle y la cafetería Xana. Y por no tener, no tenía ni una sirena, tan solo una campana adosada a la fachada, la cual servía a Peroles, uno de los antecesores de Pepe Alvar, para anunciar la subasta del pescado.
Imagen, Nel Melero
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