Como todos los años por estas fechas, me voy a permitir reproducir, a mi manera, un cuento que siendo muy cría me relataron una Navidad y que me causó una profunda impresión.
Comenzaba con una atractiva y misteriosa pregunta: ¿Sabías que los Reyes Magos no eran tres, sino cuatro?.
Ante mi cara de sorpresa, me fueron desvelando la historia de Artabán, que según supe después se trataba de un personaje ficticio de un relato titulado “ The Other Wise Man” (“El otro Rey Mago”), escrito en 1896 por el escritor y teólogo estadounidense Henry Van Dyke, al parecer basado en una antigua leyenda. Asimismo, en el año 1985 esta narración fue llevado al cine en una emotiva película protagonizada por Martín Sheen. Artabán era un astrónomo que también descubrió en el cielo La Estrella de Belén y decidió ir a adorar al niño Jesús, portando como ofrendas un diamante, un jaspe y un rubí.
Para realizar la travesía acompañado, se citó con los tres Reyes Magos oficiales, Gaspar, Melchor y Baltasar, en el Zigurat de la ciudad mesopotámica de Borsippa, pero al topar por el camino con un anciano herido interrumpió su marcha para prestarle ayuda. Al llegar tarde al lugar de encuentro resultó que sus compañeros de viaje habían partido. Artabán perdió la referencia de La Estrella, no obstante continuó su peregrinaje hasta Belén. Tampoco tuvo suerte, pues cuando al fin logró personarse en la ciudad, la Sagrada Familia ya había salido para Egipto. Hacia allí se dirigió, pero también en aquella ocasión se retrasó al detenerse para auxiliar a los necesitados que se cruzaban a su paso. Durante más de treinta años Artabán siguió buscando a Jesús, trasladándose a los lugares donde los rumores le iban llevando, al tiempo que iba repartiendo con los pobres las ofrendas destinadas al Mesías.
Ya convertido en un anciano, y desolado, porque nada podía ofrecer al Redentor, alcanzó Jerusalén, justamente el domingo de Resurrección, siendo de nuevo y definitivamente tarde. Y fue entonces cuando Jesús se le apareció y le dijo: “Todo lo que hiciste por los demás, lo hiciste por mí”. Vamos, que no se preocupara ya que Él había recibido sus regalos. Releo lo escrito y se me ocurre que deberíamos incorporar a las tradiciones de Navidad a Artabán, pues, sin duda, el cuarto Rey Mago sería un buen motivo para hacer esos regalos que por cualquier causa no pudimos entregar el 6 de enero.
Imagen, Valentín Orejas
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