No sabía yo que Gonzalo Méndez de Cancio y Donlebún, (San Esteban de Tapia, 1554-1622), que recién nombrado almirante, y teniendo por misión el ocuparse de la defensa de San Juan de Puerto Rico, al mando de una pequeña flota cuando contaba solo 41 años, le propinó tal escarmiento al corsario ingles Francis Drake, una “bête noir” del Imperio español, que se había presentado ante la colonia con el ánimo de asolarla, literalmente, ya no levantará cabeza, dedicándose a vagar por el Caribe sin botín e, irónicamente, no acabó cayendo bajo las balas, sino que enfermó de disentería y fue sepultado en la Mar el 28 de enero de 1596.

El corsario Francis Drake
Méndez de Cancio ejerció el cargo de Gobernador de La Florida, hasta el año de gracia de 1604, que regresó a Asturias, trayendo consigo la gloria, y un valiosísimo regalo, pequeño, pero de gran trascendencia: las semillas de una planta llamada “nal”, en maya-yucateco, o “elote”, como la denominaban en Mesoamérica los indios caribeños, que significa “lo que sustenta la vida”.
Nos estamos refiriendo al “maíz”, que fue plantado por primera vez en España en Tapia de Casariego (Asturias) y después en Mondoñedo (Galicia)

Maíz (Zea may)
Murió pacíficamente en su casa de Casariego el 31 de marzo de 1622 y está enterrado en una capilla construida por él mismo en San Esteban de Tapia.
Un abrazo, buena Mar y hasta la vista amigos.
Fernando Suárez Cué.
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