En el año 1970, “El Oriente de Asturias” entrevistó, bajo el titular “Una vida ejemplar y ajetreada”, a la que calificaba como una mujer extraordinaria, Esperanza Díaz Haces.
Recogía el semanario que Esperanza, que por entonces tenía 73 años, pues había nacido en 1897, vino al mundo en Onís, su madre era de Balmori y su padre, de Madrid.
Asimismo, contaba que a los 16 años llegó a Llanes a servir en la casa de Indalecio Sánchez, y que conoció al que sería su marido, Ramón Batalla, llamado por todos Camará, al ir al Barriu a por agua. Recordaba con nostalgia que Ramón solía ayudarle con los calderos y un día le dijo:
-”Vas a ser mi novia”.
-”Bueno”, contestó ella.
Se casaron en Onís y durante los primeros años de matrimonio residieron en la Moría, en el Barriu y el Cueto. Tuvieron 22 hijos, de los que vivieron 18. En aquel momento vivían 13, y le habían dado, hasta aquella fecha, 48 nietos y 7 bisnietos.
Añadía la entrevista que en el año 1949 se les concedió el Premio a la Natalidad, que consistió en construirles una casa en el Camino de la Guía. Antes, en 1943, se les otorgó el Premio a la Natalidad Provincial, dotado con 1.000 pesetas, que supusieron un alivio en aquellos tiempos de escasez y estrecheces.
Ramón era marinero, y ella hacía de todo, vendía pescado, iba a los pueblos, trabaja en la limpieza del cuartel…
Nunca se le olvidó que cuando esperaba la entrada de los barcos siempre pedía a Dios dos cosas: “Que vinieran con bien y con carga”.
En aquel año de 1970, vivía con su hijos Agustín y Pepe, y con el cariño de todos los demás, esparcidos a lo largo y ancho de la geografía mundial.
Fuente e ilustración, “El Oriente de Asturias”
Foto de los niños llaniscos; Archivo Fernando Suárez Cue
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