“Hombres contra el Mar”.

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Una vez se produjo el motín en la “Bounty”, y apresado el capitán Bligh y sus leales, por parte de Christian y los amotinados, este, inicialmente pensó en dejar a Bligh a la deriva en el esquife de la “Bounty”, junto con el empleado John Samuel y dos guardia-marinas leales al capitán, Hayward y Hallett., pero descubriéndose de que el bote no estaba en condiciones de navegar, ordenó lanzar al agua la chalupa, con una capacidad para alrededor de diez hombres, pues ni Christian ni sus aliados sobrestimaron las dimensiones del motín, ya que por lo menos la mitad de los hombres estaban dispuestos a partir con Bligh, pero no pudiendo hacerlo todos, el resto de los que no pudieron embarcar, le pidieron a Bligh que recordara que habían permanecido en el barco contra su voluntad, a lo que  el capitán les dijo…”No tengan miedo, muchachos, me aseguraré de que los traten como corresponde si consigo alcanzar Inglaterra”,

Los amotinados proporcionaron a Bligh y los dieciocho tripulantes leales que embarcaron con él, cuatro alfanjes, comida y agua suficientes para llegar a los puertos más accesibles, un cuadrante y una brújula, pero no cartas, sextante ni cronómetro marino. En aquellos momentos, la chalupa soportaba ya una sobrecarga, que hacía que los careles quedaban a solo unos centímetros del agua, con el peligro de anegación y vuelco que ello conlleva.

Nota: Por lo que consta en los diferentes relatos sobre la embarcación usada por Bligh y sus leales, a esta la denominan “chalupa”. Creo que es un error de interpretación, ya que en ellos se habla de una embarcación abierta, mientras que, para nosotros, una “chalupa” es una “embarcación pequeña con cubierta y dos palos para las velas”. Posiblemente para nosotros fuera una “lancha”, que es “bote grande de vela y remo”. Por cierto, no tenía nombre, o no se le cita en todo el relato de Bligh

La suerte ya estaba echada, y a la lancha donde estaban embarcados el capitán Bligh y sus leales, le fueron cortados los cabos que la unían a la “Bounty”, quedando de esa forma totalmente abandonados a su suerte, mientras la nave se iba alejando, dejándolos solos en la inmensidad del Pacífico.

Para hacerse una idea de la auténtica proeza de la historia náutica que efectuaron Bligh y sus leales, basta tan solo con abrir un atlas del Océano Pacifico, y ver la distancia navegada desde Haití. la isla de Timor en las Molucas. 3.604 millas aproximadamente (5.800 km.), navegadas en 41 días, y en una chalupa de 7,5 m. de eslora, 2,3 m. de manga, y con menos de 1 m. de calado. Estamos hablando de la distancia que separan Dakar de La Habana, o Alejandría del Cabo Norte.

A partir de ahora, dejaremos que nos hable Bligh.a través de su diario.

“Nos dirigimos hacia la isla a Tofoa (en el archipiélago de “Los Amigos”), donde negociando con los nativos, conseguimos frutas, verduras y algo de carne y agua. No duró mucho la alegría, pues poco a poco se fueron concentrando indígenas, que golpeando dos piedras que llevaban en las manos, era la señal, por parte de ellos, de un ataque inminente”.

“Cuando efectuaron el ataque, conseguimos embarcar en la chalupa y escapar todos, menos el marinero Tohn Norton, que mientras soltaba el cabo que tenía sujeta la lancha a la playa, fue atacado con las citadas piedras, golpeándole en la cabeza hasta la muerte, siendo esta la única baja registrada durante”.

“Nos hacemos a la Mar, con un mal tiempo, y olas en cuyos senos las velas se encalmaban, pero en las crestas les sobraba trapo, lo que nos obligó a achicar permanente, sufriendo mucho por el agotador trabajo, el frío, al estar permanentemente mojados, y por la falta de espacio”. 

Continúan su épico viaje, pero sin desembarcar en ninguna isla, ya que cuando se acercaban a alguna, salían canoas indígenas, y por la experiencia que tenían, seguían rumbo pues no se fiaban de las intenciones de los nativos. 

Agradecidos al mal tiempo y la lluvia, ya que si les hubieran tocado días de sol y calor hubieran muerto de sed, arribaron 30 días después a una isla a la que Bligh la toma por deshabitada, y desembarcan, pero no encienden fuegos por precaución.

Encontraron cierta clase de palomos, algunos pájaros, pequeños peces y gran cantidad de ostras, además de agua dulce. Aprovisionándose en cantidad para completar la poca carne y galleta que les queda.

Reanudan el viaje después de tres días, durante los cuales restauran sus fuerzas y moral, por lo que Bligh la bautiza como “Isla de la Restauración”.

Durante los días siguientes, hay varios conatos de peleas y discusiones entre ciertos tripulantes debido al hambre (y saber que solo les quedaba galleta para solo 18 días), a la fatiga y a la incomodidad por la falta de espacio. Discusiones que con firmeza Bligh se encargó de cortar.  

Consiguieron cazar un pequeño delfín, era la primera vez que conseguían una pieza de esa clase, que se distribuyó entre todos, incluyendo los despojos. 

Blaigh sufrió unas violentas náuseas provocadas por un trozo de pescado en mal estado.

El lunes 25 de Mayo…” Nos encontramos con pájaros como fragatas y albatros, así como con otros pájaros, entre ellos el llamado “noddies” (“tontos”), que se acercan tanto, que pudimos coger uno a mano. Tan grande como un palomo, lo partí en dieciocho partes, incluyendo los intestinos. Por la tarde tuvimos la suerte de coger otro, pues se posan en las vergas y en los mástiles y se dejan coger a mano. Los hice matar para la cena y su sangre la di a tres marineros que sufrían especialmente de hambre. El cuerpo entero, incluso patas y cabeza, fue cortado por mi como el anterior. Su presencia es el indicio mas seguro de tierra próxima.”

El viernes, 12 de Junio… “Al final y con varios hombres en extrema debilidad, piernas hinchadas, rostros consumidos, miradas extraviadas y una visible pérdida de inteligencia, a las tres de la madrugada del día, distinguimos la isla de Timor”

“Me es imposible describir el gozo que ese venturoso espectáculo suscitó entre nosotros, Nos parecía imposible alcanzar la costa de Timor a los cuarenta y un días de salir de Tofoa; y eso en una chalupa sin puente. Durante ese tiempo recorrimos, según nuestras medidas, una distancia de 3.618 millas (unos 5.821 kilómetros), y aún estando pobremente abastecidos, nadie murió en el camino”.

El domingo, 14 de Junio…” a las cuatro echábamos el ancla ante un fortín, rodeado por una ciudad, que resultó ser Coupang. Poco después de apuntar la luz del día desembarcamos…no teníamos que la piel sobre los huesos, nuestros miembros estaban cubiertos de llagas, y vestíamos andrajos, mientras por nuestros rostros caían lágrimas de gratitud y de gozo, mientras la gente de Timor nos miraba con una mezcla de horror, de asombro y de lástima”.

Era casi imposible describir todos los sufrimientos que habían soportado.

Fueron muy bien recibidos por el gobernador Mr. William Van Este, que enseguida les ofreció una casa, incluso con criados, y una excelente comida, además del reposo y la serenidad necesarias y esenciales para ir reponiéndose en la salud.

El 20 de Agosto, como Bligh quería dejar Timor lo antes posible, compró en la isla un pequeño “shooner”, una goleta de 12 metros que bautizó con el nombre de “Resource” (“Recurso”), con ella salió con su tripulación a bordo, después de escribir una carta a su esposa y redactar un largo informa al Almirantazgo, relatando sus peripecias y adjuntando una lista nominal de los amotinados.

El 12 de septiembre llegó a Surabaya, el 22 de septiembre a Samarang y por último el 2 de octubre a Batavia, donde vendió la “Resource”, y la chalupa de “Bounty 

El 16 de octubre embarcó en el “Vlydte”, un paquebote holandés, junto a Samuel y Johan Smith, arribando a Portsmouth, en Inglaterra, el 14 de Marzo de 1790.

Pero esa parte de la aventura ya no se describe, pues era poco más que un paseo

Hacía tres años que había salido de la rada de Spithead, con rumbo a Tahití.

A poco de estar en Inglaterra, y siguiendo la tradición, Bligh tuvo que responder de la pérdida de su buque ante un Tribunal militar. La audiencia se celebró el 22 de octubre de 1790, a bordo del “Royal William”, presidida por el almirante Barrington, pero se trataba de un simple formulismo y salió libre de cargos.

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