Isabel Batalla, a la que conocemos como “La Chavalina”, apodo que le viene porque a su padre, Ángel Batalla Bustillo, le llamaban “El Chaval” y a su madre, Rosario Gómez García, “La Chavala”, nació en Llanes el 14 de marzo de 1931.
Su padre, hijo del fundador de un saga, Manuel Batalla, y nieto de la famosa partera Ángela Ruenes, fue marinero; Y su madre, natural de Meré, llegó a la villa para trabajar en la Bolera Cubierta.
“La Chavalina”, que tuvo 9 hermanos de los que vivieron 6, estudió en la escuela pública y acudió a las clases de doña Soledad en el Cueto.
A los 13 años comenzó a ganarse la vida en la fábrica de conservas Llerandi, pero también se dedicó a la venta ambulante de pescado, tanto en la Villa como en pueblos cercanos, Parres, Pereda, Pancar, Cue. Asimismo, trabajó en casas particulares y en restaurantes, como Casa Ángel, Toró, Hostal Peñablanca y Canene.
Contrajo matrimonio con Ramón Batalla Díaz, el mayor de los Camará y su primo carnal. Los casó, en la Iglesia parroquial, el popular sacerdote Antonio Moriyón. La boda se celebró con un desayuno en la confitería Vega.
Ramón era marinero y estuvo enrolado en la embarcación “La Menta” que patroneaba Gerardo Valle y, además, era un excelente pescador a caña y no era raro que pescara lubinas de más de diez kilos de peso.
Ambos formaron un matrimonio muy unido, y a ella aún se le escapan por los ojos el afecto y la admiración cuando habla de él:
“Era un hombre muy completo, bueno, trabajador, responsable, cariñoso, casero y muy familiar”
Isabel lo acompañó muchas veces en la barquilla que tenían a pescar xuglas e igualmente iban juntos a la angula.
Incondicionales del Bando de la Guía, hasta el punto de que Ramón estuvo encargado de los Misterios y además ejerció de costalero.
Tuvieron tres hijos: María de la Guía, Ramón y Carmen.
También, probaron suerte en la emigración y residieron en Suiza, concretamente en Friburgo, durante 7 años, en los que ambos trabajaron en hoteles. Al principio se fueron solos, dejando a sus hijos con la abuela, al año se trasladó con ellos su hija mayor, la cual sigue en aquel país, y después los otros dos.
Ramón falleció nada más jubilarse, dejando un gran vacío en su familia, que lo adoraba, entre sus compañeros de profesión y en Llanes, donde era muy apreciado.
Lamentablemente, Ramón hijo, que también fue marinero y que estuvo enrolado en el “Sandra María”, embarcación de la que es armador y patrón, Ángel Batalla, murió muy joven, a los 52 años.
En “La Chavalina”, que tiene 7 nietos y 4 bisnietos, destaca sobre todo la dulzura y da gusto verla y hablar con ella.
Imágenes, álbum familiar de los Batalla-Batalla y Valentín Orejas
Qué historia llena de ternura y belleza…
Un ejemplo de vida a seguir… Una gran Historia de Amor…