Sobre la religiosidad de los marineros de Llanes hay datos muy antiguos y significativos. Desde tiempo lejanos, es innegable su devoción a la Virgen de la Guía, a la que en la mar suplicaban ayuda y protección para llegar sanos y salvos a puerto. Y ya en tierra firme, era habitual que toda la tripulación acudiera a rezar ante esa Virgen y al mismo tiempo depositar, como promesa y agradecimiento, un litro de aceite para la lámparas de la ermita.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, Valentín Orejas