Entre 1618 y 1677, una vez más, Fernando y Pedro Duque de Estada, I y II Condes de la Vega del Sella, pleitean con el Ayuntamiento a causa de la merced regia familiar ( Enrique IV, 1461) de “castellano perpetuo del castillo y fortaleza de Llanes”, con salario de 12.000 maravedís anuales.
A causa de aquel largo proceso, que se renovará en el siglo XVIII, se realizan en 1627, aunque se manejan también otras fechas como 1620 y 1624, dos planos de la villa. Así, “los informes periciales” que presentaron las partes en aquel litigio, cada uno, como ocurre ahora, respaldando su alegación, constituyen las representaciones cartográficas más antiguas de Llanes.
Uno es rectangular con colores y el otro, redondo, denominado “Plano de la Villa de Llanes y sus fortificaciones”.
Las autorías de dichos planos son confusas, hasta hace poco se atribuía el redondo a un foráneo, el Sargento Mayor Francisco Moreno de Aranda, y el rectangular se consideraba anónimo; en la actualidad la edición digital del Archivo General de Simancas recoge lo contrario.
Pero lo que yo quería contar es que en el redondo la Villa se asemeja a la legendaria Camelot, con sus murallas redondeadas y cuatro puertas, la del mar, que es la de San Nicolás, la de la Moría, frente al sable de Estacones, la del muelle, conocida como del Llagar y la puerta de la villa, con la entrada al torreón, designada como postigo de la torre.
No deja de sorprender que la Casa del Rey, a pesar de ser poco más que un chamizo, se represente majestuosa, al igual que los cañones del Campo de la Rede. Asimismo, resulta exagerada la pequeña capilla de San Pedro de la mar.
Se levantarían más planos, pero tendrían que transcurrir muchos años, desde aquellas primeras cartografías, hasta que Llanes dispusiera de un preciso plano de población.
Pero eso es otra historia.
Fuente, “Sur de la Villa de Llanes”.
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