En el techo de la capilla de Santa Ana colgaban unos pequeños barcos, una suerte de exvotos de los marineros.
Y en primer lugar, pendía de la sagrada bóveda una réplica en miniatura de la fragata “Almansa”, obra de artesanía de Saturno Herrero de la Llera.
Este popular pescador, del que conocemos su aspecto por haber sido modelo del gran fotógrafo Baltasar Cue, era un buen tipo, muy creyente y padre de muchos hijos, a los que embarcó para Cuba, donde se convirtieron en tabaqueros de las mejores fábricas de La Habana.
Cuando Saturno se quedó viudo, los hermanos Herrero decidieron llevar a su padre con ellos, y así nuestro personaje abandonó su mundo que era “El Campu del Gatu”, donde había nacido, Santa Ana, las peñas del Guruñu y el Caballu, el Calveru, Peña Preciada, Entremuelles y todos los sitios propios para pescar a caña.
A regañadientes, y diciendo aquello de que “Árbol vieyu trasplantau, mal asuntu” trasladaron a nuestro llanisco al moderno barrio de “El Vedado”, por el que, mientras sus hijos se dedicaban a sus ocupaciones, Saturno no dejaba de vagar añorando su villa.
De nada sirvió que su hijo Pancho le regalara un caña y los aparejos para que pescara guachinangos en la playa de “Cojimar”, a él le molaban los mundiantes y las lubinas de su Llanes. Tampoco, ayudó a su nostalgia que los Herrero para halagarle llamaran a una cocinera asturiana que le preparaba fabada con todos los ingredientes.
Entonces, llegó Semana Santa, y nuestro paisano, que se obstinaba ya en no salir de casa, no cesaba de rememorar todas las ceremonias litúrgicas llaniscas y se preguntaba:
-¿ Quién llevará la Cruz este año que yo no estoy? ¿ Y el Pendón de la Cofradía?.
-Ya verá, padre, ya verá estas iglesias- le interrumpía Pancho.
-Lo que yo quisiera ver era “El Rosario” por las calles de Llanes- respondía Saturno.
Después de aquello los hijos comprendieron que su padre lejos de Llanes no podía vivir y acordaron que regresara a España.
Volvió Saturno a su villa amada, y una noche al entrar en su casa del Fuerte tropezó en el primer escalón exterior y ya no se recuperó.
En cuanto a la réplica de la fragata “Almansa”, que se hizo famosa en la Batalla del Callao de 1866, escribe Fernando Carrera que fue embalada por un carpintero que vivía en Cimadevila, Antonio Anaurve, y llevada a Madrid a casa de un particular para decoración del vestíbulo de la misma.
Nunca se devolvió.
Fuente: “El Oriente de Asturias”
Imagen, Valentín Orejas
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