A punto de comenzar el siglo XX, se trasladó desde Santander a Llanes, acompañado de su familia, Nicolás Melijosa, al que se conocía popularmente como “el Parráu”. Llegó a la villa a bordo del mercante México, que transportaba mercancía para la ferretería de Blanco.
Fue un pescador muy competente e implantó nuevos sistemas de artes de pesca. Descubrió nuevos caladeros, entre ellos el señalado como la piedra del Parráu.
Sus hijos, Manuel y Joselito, empezaron a salir muy jóvenes a la mar con su padre, y con tan buen profesor se convirtieron en expertos marineros.
Los Hermanos Melijosa llegaron a ser patrones y armadores de las embarcaciones “Jesús Nazareno” y “Virgen María”.
Imagen, Archivo Fernando Suárez Cue
- El ´Jesús de Nazareno´ del ‘Parrau’ (1931)
- El ´San Pedro Apostol´preparándose para la costera de bonito.
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