En el marinero barrio de la Moría, justamente en el número 14 de la calle Nicolás de Teresa, nació en el mes de junio de 1835, quien llegaría a ser un gran erudito, que dedicó su vida a la enseñanza y a ayudar a los más desfavorecidos, don José María Fernández Sánchez.
“Pepín Carroña”, como era conocido por sus amigos en la villa, entre los que se encontraba Saturno Herrero, nuestro héroe del Callao, era hijo de un humilde maestro Millán Fernández y de Clara Sánchez Tamés.
Cursó los primeros estudios en la escuela de Cayetano Ramos, seguidamente su padre fue trasladado a Madrid, y allí en el Instituto de San Isidro obtuvo el premio extraordinario de Bachillerato. Después, en la Universidad Central, también con premio extraordinario se licenció en Filosofía y Letras, y más tarde como Doctor en Derecho por la Universidad de Santiago.
En 1862, por oposición obtiene la Cátedra de Retórica y Poética del Instituto de Guadalajara, y dos años después la de Historia en la Universidad de Santiago de Compostela.
Al poco tiempo opositó a la cátedra de Historia de España de la Universidad Central, sacando el número dos, siendo número uno Emilio Castelar.
Escribía Ángel Pola que fue el llanisco más ilustre que trató, que gozaba hablando de Llanes y que para él nuestra villa se reducía a Santa Ana, al Gremio de los Mareantes, los barcos de la capilla y Saturno Herrero.
Se contaba que su mujer cobraba su sueldo, pues cuando él lo hacía llegaba a casa con él muy mermado, ya que repartía entre los más necesitados.
Don José estuvo por última vez en Llanes en el año 1888, acompañando a don Alejandro Pidal, y hospedándose en casa del benefactor llanisco Parres Piñera.
Recoge “El Oriente de Asturias”, que cuando llegó a la villa que lo vio nacer se arrodilló y besó la tierra, acto que conmovió profundamente a quien llegaría a ser un brillante parlamentario, Pepín Parres, que por entonces contaba con 23 años.
Murió en 1903, siendo Decano de la Universidad de Filosofía y Letras de Santiago.
En cuanto a La Guía de Peregrinaciones, titulada Santiago, Jerusalén, Roma. “Diario de una Peregrinación”, que se reeditó en el Año Santo Compostelano de 1999, el llanisco la escribió al alimón con el médico Francisco Freire Barreiro, y narra, con todo tipo de ilustraciones y mapas, la peregrinación que ambos realizaron en el Jubileo Universal Romano de 1875 a Jerusalén y Roma, partiendo de la tercera ciudad santa de la cristiandad, Santiago de Compostela, de la que salieron el 15 de febrero de 1875 y regresaron el 10 de julio.
Además, escribió “Decadencia del Imperio Romano”, “Las Cruzadas”, “Curso Académico de Historia Universal”, “Los Pueblos de Oriente” y “Guía de Santiago”, que publicó muy poco después del redescubrimiento, en 1879, de la reliquias de Santiago en la Catedral Compostelana.
Desgraciadamente, no tiene en Llanes ni una humilde placa que lo recuerde.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Imagen, “El Oriente de Asturias” y Valentín Orejas
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