BUCEANDO EN “EL ORIENTE DE ASTURIAS” AÑO 1895
“A las tres de la tarde del día 23 dio comienzo la famosa y tradicional salea, con una tarde hermosa del día más apacible de todos los en que se celebraron las populares fiestas.
Al principio de la salea hubo un incidente notable. Hallándose enfermo de gravedad el señor arcipreste don Gabriel Fernández Vega, cuya casa habitación está contigua a la ría, y en el último tercio del trayecto que habría de recorrer la lancha capitana, el Sr. Teniente Alcalde suplicó a la tripulación no prolongase hasta dicho sitio el recorrido de la salea, ruego que fue mandato para los jóvenes que la tripulaban, los cuales, desde entonces, viraron en redondo antes de llegar al citado edificio, lo que no dejó de deslucir, en parte, la agradable fiesta.
La lancha capitana, vistosamente engalanada con una especie de airoso pabellón a popa, en cuyo centro tenía una artística corona de flores, llevaba escrito a proa el nombre de “Magdalena”, y con una tripulación en extremo marcial y apuesta, luciendo el airoso traje de la marina militar, surcaba, a impulso de los remos, con vertiginosa rapidez, la pintoresca ría, ofreciendo un golpe de vista encantador y fantástico.
A bordo, y a una y otra banda de popa, lucían su belleza las jóvenes del bando, que entonaban cantares alusivos al acto, acompañándose con las alegres panderetas, mientras que los ¡hurras! de la entusiasmada multitud, los acordes de la música, el estampido de millares de cohetes de grueso calibre y bombas reales ensordecían la ría. Numerosas lanchas y botes, vistosamente engalanados, surcaban las aguas, orgullosos de llevar en la salea lo más selecto de la Villa y del elemento forástero, que, sin duda, habrá quedado agradablemente impresionado de estas fiestas, tan originales como bellas, a la par que de una admirable sencillez”.
Imagen, Archivo Fernando Suárez Cue
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