En el local que ocupa Casa Rozas, estuvo ubicada una acreditada sastrería, que dirigía un catalán Mariano Giribert Solovera.
Allí, se podían adquirir trajes para caballero a 150 pesetas, corbatas a 1,25 pesetas y camisas de popelín, con dos cuellos, calidad extra, a 10 pesetas, todo expuesto en un cuidado escaparate.
Se anunciaba en “El Oriente de Asturias” de la siguiente manera:
“¿Desea usted vestir con elegancia y disfrutar de la belleza de un corte estético admirablemente adaptado a su gusto y figura? Visítenos.
Cerró sus puertas al final de la Guerra Civil.
A aquel local trasladó, desde otro en el puente, su peluquería Francisco Rozas Ramirez.
Imágenes, “El Oriente de Asturias” y Valentín Orejas
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