SUS PALABRAS PROPIAS

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Las gentes de la mar emplean voces muy peculiares que no se usan en tierra, reflejando esa suerte de lenguaje una agudeza en el modo de expresarse, riqueza de vocabulario y facilidad para crear sinónimos, incluso bien determinados en tierra.

Por ejemplo, la distancia en el barco no se mide en kilómetros sino en millas; y la velocidad en nudos.  Derecha e izquierda, por estribor y babor; Parte delantera y trasera, por proa y popa.

Asimismo, se dice halar y no tirar; izar, por elevar o hacer subir algo, a lo contrario arriar; arrollar, en lugar de enrollar; tesar, y no tensar; gobernar, por dirigir; pasajero y no viajero.

También, hay voces que no tolera el buen hablar marinero, como remar por bogar; mástil, para decir palo; cuerda por cabo; cabina y no camarote.

Además, tienen flexibilidad para construir verbos: nortear, lestear, pilotear, maestrear, patronear…

Y como final de estas breves líneas, merece destacarse la forma de referirse al mar. Nunca he escuchado a ningún marinero decir el mar, siempre la mar, para ellos tiene género femenino, también es así en francés, catalán y valenciano, aunque en latín es neutro.

En español, el diccionario afirma que es ambiguo, y así lo refleja el “Poema del Mio Cid”: 

….Las gentes africanas – fueron luego juntadas,

al puerto de la mar – fueron todas llegadas

e del otra parte a ojo han el mar….

Y en masculino, podemos citar al Arcipreste de Hita:

….Estrella del mar, puerto de folgura… 

Sin embargo, en el romance del “Conde Arnaldos”:

….Por la mar ando, Señora, hecho un terrible corsario…

Y en los refranes como en las locuciones adverbiales se prefiere el género femenino:

Pelillos a la mar; a la mar, madera; plantar pinos en la mar; quien no sepa rezar métase en la mar….

Imagen, Valentín Orejas

Fuentes:

 “Llanes y la mar”

“El lenguaje marinero”

 

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