En esta fotografía, sentado sobre el guardacalor, está otra de las figuras insustituibles del puerto, Francisco José Meré González, al que todos llamábamos “Tío Pepe”. Siempre tenía palabras amables para todos y conversaciones amenas, que la mayoría de las veces versaban sobre la mar, y eso que, a pesar de ser experto conocedor de sus secretos, no sabía nadar. Adoraba su lancha que, en memoria de su madre, la llamó “Beatriz”.
Imagen, Archivo Fernando Suárez Cué
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