El día 4 de mayo de 1801, año en el que los corsarios asolan nuestras costas, se presentó a la vista del puerto de Llanes un barco inglés con 90 hombres y 20 obuses de a 12, el cual trató de apoderarse de un patache vizcaíno que se hallaba fondeado al abrigo de las baterías del Fuerte. Apresó una lancha llanisca y disfrazaron con la ropa de sus marineros a otros tantos corsarios.
Después de enarbolar el navío bandera angloamericana, mandó delante a dicha lancha, pero el vigía de San Pedro avisó que la embarcación era sospechosa. Alarmado el vecindario, se armaron las milicias y la gente del pueblo, encargándose del servicio de la artillería 20 soldados que al mando del Alférez don Manuel Herrera y del Sargento don Tomás López, se hallaban aquí de paso para Galicia. Los artilleros intimidaron a los corsarios de la lacha que no osaron acometer el patache sin ser protegidos por el bergantín. Este se acercó, recibiendo de tierra un disparo sin bala, y después otros dos con ella, que le causaron algunas averías.
Los del corsario solo destrozaron algo del tejado de la capilla de Santa Ana y de una casa particular.
El día 15 del mismo mes, los piratas intentaron apresar otro barco vizcaíno, lo que hubieran conseguido a no ser por el eficaz auxilio de la Villa. Para conmemorar estos triunfos se conmemoró en Llanes la fiesta de Santa Mónica. El Concejo tenía en este año 12.360 habitantes.
Llanes, siglo XIX, editado por “El Oriente de Asturias”
Imagen, Valentín Orejas
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