La especie a la que pertenecen estos entes acuáticos se conoce en el ámbito académico como “clione limacina”, un grupo de nadadoras babosas marinas extremadamente pequeñas, de 1 a 3 cm., de la familia de moluscos gelatinosos y transparentes que tan solo desarrolla una concha durante la fase embrionaria.
Sus miembros parecidos a lo que podríamos suponer las alas de un ángel, las usan para una locomoción rítmica, como si volaran por la Mar, y ese aleteo locomotor les permite desplazarse en una especie de vuelo subacuático, justificando su sobrenombre de: “Ángel de Mar”, o “Mariposa Desnuda del Océano”.
Como animales pelágicos, su hábitat se encuentra entre los 0 y 200 metros de profundidad, viviendo en la zona de la columna de agua donde la luz llega sin problema y la fotosíntesis de las pequeñas algas de las que se alimenta es posible.
Pero, atentos, que su belleza y su fragilidad no os confundan, bajo esa capa de gel se esconde un depredador formidable, y un caníbal capaz de devorar a sus semejantes si la comida escasea, pues, aunque en su dieta están las microalgas, como hemos dicho, también contempla lo sean babosas y gusanos marinos.
Para atrapar a sus presas se sirve de su velocidad, siendo capaz de batir sus alas hasta 2 veces por segundo.
¿Cuántas cosas habrá por ahí, que ni sospechamos su existencia?
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