En los tiempos en que los llaniscos no nacían en las clínicas de maternidad, se contaba en la villa y si hacía falta también en los pueblos del Concejo, con la tía Ángela, que ejercía como acreditada partera.
Era esposa de marinero, y madre de Isabel, la cual se casó con Manuel Batalla, el patriarca de ese popular clan.
Ángela, que vivía, junto a su marido Martín Bustillo y sus hijos, en una casa en el Cueto que tiene una escalera exterior de piedra, destacaba un carácter rebosante de alegría y generosidad.
Era una implacable defensora de la Guía, cuentan que a los recién nacidos les cantaba estrofas de ese Bando compuestas por ella, sin importarle si la familia militaba en el de la Magdalena o San Roque.
Entre las canciones, que se le adjudican, figura la siguiente:
Quién no diga viva el Morru
llevará palo de muerte,
guasones son los del Cuetu,
que hicieron arroz con leche,
para todo un regimientu.
Imagen, Valentín Orejas
0 comentarios