En aquel puerto tan pequeño y de tan difícil acceso hubo, en los tiempos más florecientes de la Cofradía de San Nicolás, multitud de embarcaciones balleneras que aportaban una riqueza inmensa a Llanes. Y otras que comerciaban con países europeos llevando avellanas, nueces, naranjas, limones, mineral de hierro, y trayendo paños, trigo, aceite, vino….
Y no digamos nada de las altas empresas para los que tantos mareantes de Llanes fueron reclutados y reunidos.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, “El Oriente de Asturias”